Eutanasia
Eutanasia (Del griego "eu" y "thanatos", que
significa ‘buena muerte’) es
la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado,
con su consentimiento, con la intención de evitar sufrimiento y dolor.
La eutanasia está asociada al final de la vida sin sufrimiento.
Definiciones
Según la Real Academia Española
(RAE) la eutanasia tiene por finalidad, evitar sufrimientos insoportables o la
prolongación artificial de la vida de un enfermo. La eutanasia se puede
realizar con o sin el consentimiento del enfermo
Para la Asociación Médica
Mundial (AMM):
La
eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente,
aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a
la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que
el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su
enfermedad.
La Organización
Mundial de la Salud (OMS) indica, en relación con la eutanasia
activa lo siguiente:
Las
definiciones de la eutanasia no son exactas y pueden variar de una persona a
otra, pero tienen varios elementos en común. La mayoría de los comentaristas
restringe su descripción a la eutanasia directa o 'activa', la cual puede
dividirse en tres categorías:
2. El suicidio asistido profesionalmente; y
3. La muerte intencional de los recién nacidos con anomalías congénitas que pueden o no ser una amenaza para la vida.
Clasificaciones de eutanasia
En el
contexto anglosajón, se distingue entre la eutanasia como acción y la eutanasia
como omisión (dejar morir). Su equivalente sería eutanasia activa y eutanasia
pasiva, respectivamente. También se utilizan, en forma casi sinónima, las
calificaciones de positiva y negativa respectivamente.
Sin
embargo, la Organización
Médica Colegial española y otras instituciones no aceptan la
distinción terminológica entre «activa» y «pasiva». Consideran que la eutanasia
es siempre deontológicamente condenable, y que es distinta del acto médico de
suspender un tratamiento inútil.
- Eutanasia directa: Adelantar la hora de la muerte en caso de una enfermedad incurable. Esta a su vez posee dos formas:
- Activa: Consiste en provocar la muerte de modo directo. Puede recurrirse a fármacos que en sobredosis generan efectos mortíferos.
- Pasiva: Se omite o se suspende el tratamiento de un proceso nosológico determinado (por ejemplo una bronconeumonía), o la alimentación por cualquier vía, con lo cual se precipita el término de la vida. Es una muerte por omisión.
- Eutanasia indirecta: Es la que se verifica cuando se efectúan, con intención terapéutica, procedimientos que pueden producir la muerte como efecto secundario. Por ejemplo, la administración de analgésicos narcóticos para calmar los dolores. Los mismos, como efecto indirecto y no buscado, provocan disminución del estado de conciencia y posible abreviación del período de sobrevida. Aquí la intención, sin duda, no es acortar la vida sino aliviar el sufrimiento, y lo otro es una consecuencia previsible pero no perseguida. Entra así en lo que desde Tomás de Aquino se llama un problema de doble efecto.
Otros conceptos relacionados
- Suicidio asistido: Significa proporcionar en forma intencional y con conocimiento a una persona los medios o procedimientos o ambos necesarios para suicidarse, incluidos el asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos, la prescripción de dichos medicamentos letales o su suministro. Se plantea como deseo de extinción de muerte inminente, porque la vida ha perdido razón de ser o se ha hecho dolorosamente desesperanzada. Cabe destacar, que en este caso es el paciente el que voluntaria y activamente termina con su vida, de allí el concepto de suicidio.
- Cacotanasia: Es la eutanasia que se impone sin el consentimiento del afectado. La palabra apunta hacia una ‘mala muerte’ (siendo kakós: ‘malo’)
- Ortotanasia: Consiste en dejar morir a tiempo sin emplear medios desproporcionados y extraordinarios para el mantenimiento de la vida. Se ha sustituido en la terminología práctica por «muerte digna», para centrar el concepto en la condición (dignidad) del enfermo terminal y no en la voluntad de morir.
- Distanasia: Consiste en el «encarnizamiento» o «ensañamiento» terapéutico, mediante el cual se procura posponer el momento de la muerte recurriendo a cualquier medio artificial, pese a que haya seguridad de que no hay opción alguna de recuperar la salud, con el fin de prolongar la vida del enfermo a toda costa, llegando a la muerte en condiciones inhumanas. Normalmente se hace según los deseos de otros (familiares, médicos) y no según el verdadero bien e interés del paciente.
- Adistanasia o antidistanasia: cesación de la prolongación artificial de la vida dejando que el proceso patológico termine con la existencia del enfermo.
- Medicina paliativa: reafirma la importancia de la vida y considera a la muerte como la etapa final de un proceso normal. La atención que brinda no acelera ni pospone la muerte, proporciona alivio del dolor y de otros síntomas angustiosos e integra los aspectos psicológicos y espirituales del tratamiento del enfermo. Le ofrece apoyo de modo que pueda llevar una vida lo más activa posible hasta la muerte, y a la familia para que pueda hacer frente a la enfermedad de su ser querido y al duelo.
- Sufrimiento: Tener o padecer un daño o dolor físico o moral. Padecer habitualmente una enfermedad o un trastorno físico o mental.
Historia
La
eutanasia no es algo nuevo: está ligada al desarrollo de la medicina moderna.
El solo hecho de que el ser humano esté gravemente enfermo ha hecho que en
distintas sociedades la cuestión quede planteada. La eutanasia es un problema
persistente en la historia de la humanidad en el que se enfrentan ideologías
diversas.
La
eutanasia no planteaba problemas morales en la antigua Grecia: la concepción de la vida era diferente.
Una mala vida no era digna de ser vivida y por tanto ni el eugenismo, ni la
eutanasia suscitaban grandes discusiones. Hipócrates representó una notable excepción:
prohibió a los médicos la eutanasia activa y la ayuda para cometer suicidio.
Durante
la Edad Media se produjeron cambios frente a la
muerte y al acto de morir. La eutanasia, el suicidio y el aborto bajo la óptica
de creencias religiosas cristianas son considerados como «pecado», puesto que
la persona no puede disponer libremente sobre la vida, que le fue dada por
Dios. El arte de la muerte (ars moriendi), en la cristiandad medieval,
es parte del arte de la vida (ars vivendi); el que entiende la vida,
también debe conocer la muerte. La muerte repentina (mors repentina et
improvisa), se consideraba como una muerte mala (mala mors). Se
quiere estar plenamente consciente para despedirse de familiares y amigos y
poder presentarse en el más allá con un claro conocimiento del fin de la vida.
La
llegada de la modernidad rompe con el
pensamiento medieval, la perspectiva cristiana deja de ser la única y se
conocen y se discuten las ideas de la Antigüedad clásica.
La salud puede ser alcanzada con el apoyo de la técnica, de las ciencias
naturales y de la medicina.
Hay
pensadores que justifican el término activo de la vida, condenado durante la
Edad Media. El filósofo inglés Francis Bacon, en 1623,
es el primero en retomar el antiguo nombre de eutanasia y diferencia dos tipos:
la «eutanasia exterior» como término directo de la vida y la «eutanasia
interior» como preparación espiritual para la muerte. Con esto, Bacon se
refiere, por una parte, a la tradición del «arte de morir» como parte del «arte
de vivir», pero agrega a esta tradición algo que para la Edad Media era una
posibilidad inimaginable: la muerte de un enfermo ayudado por el médico. Tomás Moro, santo
de la Iglesia católica,
en la Utopía (1516), presenta como ideal una sociedad en la que los
habitantes justifican el suicidio y también la eutanasia activa, sin usar este
nombre.
Para
Bacon, el deseo del enfermo es un requisito decisivo de la eutanasia activa; la
eutanasia no puede tener lugar contra la voluntad del enfermo o sin aclaración:
Quien se
ha convencido de esto, quien termina su vida, ya sea voluntariamente a través
de la abstención de recibir alimentos o es puesto a dormir y encuentra
salvación sin darse cuenta de la muerte. Contra su voluntad no se debe matar a
nadie, se le debe prestar cuidados igual que a cualquier otro.
El darwinismo social y la eugenesia son temas que también comienzan a
debatirse. En numerosos países europeos se fundan, a comienzos del
siglo XX, sociedades para la eutanasia y se promulgan informes para una
legalización de la eutanasia activa. En las discusiones toman parte médicos,
abogados, filósofos y teólogos.
La
escasez económica en tiempos de la primera guerra mundial
sustenta la matanza de lisiados y enfermos mentales. La realidad de los
programas de eutanasia ha estado en contraposición con los ideales con el que
se defiende su implementación. Por
ejemplo, los médicos durante el régimen nazi
hacían propaganda en favor de la eutanasia con argumentos tales como la indignidad
de ciertas vidas que por tanto eran, según aquella propaganda, merecedoras de
compasión,[cita requerida]
para conseguir así una opinión pública favorable a la eliminación que se estaba
haciendo de enfermos, considerados minusválidos y débiles (Aktion T-4) según criterios médicos. Por eso,
ante la realidad de los crímenes médicos durante el régimen nazi, en los Juicios de Núremberg
(1946 – 1947) se juzgó como criminal e inmoral toda forma de eutanasia activa y
además se estableció de manera positiva, es decir expresamente, que es ilegal
todo tipo de terapia y examen médico llevado a cabo sin aclaración y
consentimiento o en contra de la voluntad de los pacientes afectados.
En el
presente, se sustentan diferentes opiniones sobre la eutanasia y son variadas
las prácticas médicas y las legalidades en los distintos países del mundo. En
general en los hospitales, los profesionales de medicina paliativa,
en residencias especializadas en el tratamiento de enfermos terminales , en los
domicilios particulares, y también los grupos
de autoayuda, trabajan por la humanización en el trato con los
moribundos y quieren contribuir a superar la distancia entre la vida, la muerte
y las prácticas médicas.
Estos son
algunos de los hechos históricos que se producen en un ámbito fundamentalmente
público. Poco investigadas y mucho menos conocidas son las diferentes prácticas
reales de las personas frente al acto de morir. Se sabe que hasta fines del
siglo XIX en América del Sur existía la persona del «despenador» o
«despenadora», encargada de hacer morir a los moribundos desahuciados a
petición de los parientes.
Sobre la dignidad de la vida humana
El
concepto de «dignidad humana» se
invoca, paradójicamente, tanto para defender la eutanasia como para rechazarla.
Así, para
los defensores de la eutanasia, la dignidad humana del enfermo consistiría en
el derecho a elegir libremente el momento de la propia muerte, evitando los que
fueran de otra forma, inexorables dolores y situaciones que socavan la
humanidad misma del enfermo.
Para sus
detractores, el ser humano no posee
dignidad, sino que es en sí mismo un ser
digno, independientemente de las condiciones concretas en las que viva.
La muerte
digna es la muerte con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos
humanos posibles. Es el respeto por la dignidad del ser humano hasta la hora de
su muerte natural. Una muerte digna no consiste solo en la ausencia de
tribulaciones externas, sino que nace de la grandeza de ánimo de quien se
enfrenta a ella. Morir con dignidad no significa elegir la muerte, sino contar
con la ayuda necesaria para aceptarla cuando llega.
El dolor,
actualmente, se puede controlar. Se disponen de medidas capaces para
neutralizar el dolor. Según algunos autores, resultaría incongruente
seguir abogando por la eutanasia y el suicidio asistido por motivos de
compasión.
Argumentos a favor
Médicos
- Desde siempre, los médicos han participado en la toma de decisiones sobre el fin de la vida y actualmente es común suspender o no instaurar tratamientos en determinados casos, aunque ello lleve a la muerte del paciente. Sin embargo, a veces los médicos deciden por su propia parte si el paciente debe morir o no y provocan su muerte, rápida y sin dolor. Es lo que se conoce como limitación del esfuerzo terapéutico, limitación de tratamientos o, simplemente, eutanasia agresiva. Normalmente la eutanasia se lleva a cabo con el conocimiento y anuencia de los familiares y/o curadores del paciente.
- En medicina, el respeto a la autonomía de la persona y los derechos de los pacientes son cada vez más ponderados en la toma de decisiones médicas.
- En sintonía con lo anterior, la introducción del consentimiento informado en la relación médico-paciente, y para estas situaciones, la elaboración de un documento de voluntades anticipadas sería una buena manera de regular las actuaciones médicas frente a situaciones hipotéticas donde la persona pierda total —o parcialmente— su autonomía para decidir, en el momento, sobre las actuaciones médicas pertinentes a su estado de salud.
Jurídicos
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el 13 de noviembre de 2013.
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La
despenalización de la eutanasia no significa obligatoriedad absoluta. No se
puede imponer el criterio de un conglomerado al ordenamiento jurídico de todo
un territorio, por lo que el derecho debiera asegurar los mecanismos para
regular el acceso a la eutanasia de los pacientes interesados que cumplan unos
requisitos especificados legalmente; así como de la legalidad y transparencia
de los procedimientos.
Argumentos en contra
Máquina
utilizada para facilitar la eutanasia a enfermos terminales mediante el método
de inyección letal. Fue utilizada por cuatro personas durante 1996 y 1997,
período en el que fue de uso legal en Territorio del Norte
(Australia). Se exhibe en un museo de Londres.
Los
argumentos en contra inciden en la «inviolabilidad» de la vida humana, la
defensa de su dignidad independientemente de las condiciones de vida o la
voluntad del individuo implicado, y las repercusiones sociales de desconfianza
que podría conllevar la eutanasia.
La Asociación Médica
Mundial considera contrarios a la ética y condena tanto el suicidio
con ayuda médica como la eutanasia.En cambio recomienda los cuidados paliativos.
La
eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente,
aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a
la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que
el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su
enfermedad.
El Comité
Permanente de Médicos Europeos anima a todos los médicos a no participar en la
eutanasia, aunque sea legal en su país, o esté despenalizada en determinadas
circunstancias.
La Organización
Médica Colegial de España considera que «la petición individual de
la eutanasia o el suicidio asistido deben ser considerados generalmente como
una demanda de mayor atención pudiendo hacer que desaparezca esta petición
aplicando los principios y la práctica de unos cuidados paliativos de calidad».
En el
caso de los Países Bajos, uno de
los primeros países en despenalizar al médico que practique la eutanasia, el
estudio Remmelink reveló que en más de mil casos el médico
admitió haber causado o acelerado la muerte del paciente sin que este lo
pidiera, por razones variadas, desde la imposibilidad de tratar el dolor, la
falta de calidad de vida o por el hecho de que tardara en morir.
La
postura de las Iglesias cristianas en tanto, a nivel mundial, es
mayoritariamente contraria a la eutanasia y al suicidio asistido: es el caso de
la Iglesia católica y
de las Iglesias evangélicas
y pentecostales. La postura del anterior papa Benedicto XVI quedó explícitamente recogida en
una carta (de 2004) a varios eclesiásticos estadounidenses:
No todos
los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia.
Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación
de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, este no sería
considerado por esta razón indigna de presentarse a recibir la Sagrada
Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz,
y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales,
aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena
capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos
respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo,
respecto del aborto y la eutanasia.
CONCLUSION
YO ESTOY A FAVOR DELA EUTANACIA YA QUE LAS PERSONAS SUFREN MUCHO Y ES MEJOR DEJARLAS IR Y SABER RESIGNARSE QUE EL QUE NUESTRO FAMILIAR SUFRA Y LA LASTIMEN MAS CON MEDICAMENTOS Y CON TANTOS PROCESOS DOLOROSOS QUE TIENEN QUE PASAR POR ESO ES QUE YO MESTOY A FAVOR DE LA EUTANACIA
Eutanasia no es un concepto nuevo es algo que va ligado a la sociedad y va a cambiar dependiendo de la parte afectada de la que estemos, ya sea como: paciente, familiar o medico. Es un tema bastante debatible
ResponderEliminarBuen trabajo y esfuerzate un poco mas
ResponderEliminarBuen trabajo y esfuerzate un poco mas
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tigo rosi la persona lo que menos quiere es el sufrimiento pero lamentablemente no todos pensamos igual
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tigo rosi la persona lo que menos quiere es el sufrimiento pero lamentablemente no todos pensamos igual
ResponderEliminarbuen tema ya que la eutanacia es una manera de decidir si deseas siguir viviendo a pasar de tener una enfermedad que te cause sufrimiento
ResponderEliminaresta muy bonito mi tema gracias :)
ResponderEliminarinteresante tema,es muy bueno y hay cosas q no sabia sobre esto y te felicito rosi
ResponderEliminarmuy buen trabajo es un tema muy debatible y esta bien estructurado y de interes general
ResponderEliminarbuen trabajo muy bien estructurado la informacion es muy interesante
ResponderEliminarhola rosi.. Esta muy interesante el tema que elegiste ya que nos brinca información relevante que se puede utilizar en algún momento de la vida. ya que nunca sabemos en que momento tomemos una decisión tan importante. :)
ResponderEliminarEs un tema muy interdsante para un devate buen trabajo
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